La pandemia de COVID-19 introdujo cambios en la forma en que las personas se vinculan y se comunican con el entorno. El sector laboral no es ajeno a estas modificaciones y el fenómeno conocido como la Gran Renuncia es una prueba de esto.
Cansados de esquemas de trabajo rígidos, posiciones con tareas repetitivas y falta de reconocimiento por parte de sus superiores, muchos colaboradores cuando deben retornar a sus posiciones de trabajo -luego de los períodos de aislamiento obligatorio- deciden dejar sus puestos para continuar de manera independiente o darle un giro de 180 grados a sus carreras.
Si bien algunas organizaciones se adaptaron a la nueva realidad y decidieron flexibilizar los sistemas de presencialidad al ofrecer puestos 100% remotos o modalidades de trabajo híbridas, la tendencia hacia el abandono masivo de ciertas posiciones parece no detenerse.
En este artículo te contamos de qué se trata la Gran Renuncia, qué factores llevan a los colaboradores a dejar sus posiciones de trabajo y por qué la automatización es una de las mejores herramientas para frenar este proceso.
Qué es la Gran Renuncia
Se trata de un fenómeno social por el cual numerosos empleados de diferentes industrias y profesiones decidieron renunciar a sus puestos de trabajo para tomar otros rumbos o encarar nuevos desafíos en sus carreras.
El término Gran Renuncia fue acuñado por Anthony Klotz, psicólogo y profesor de Administración en la Escuela de Negocios de la Universidad de Texas, en los Estados Unidos, quien estudió la salida de cientos de trabajadores de sus puestos en los últimos meses.
Los primeros registros de este patrón de comportamiento tuvieron lugar en la primavera del 2021 en el hemisferio norte, periodo en el cual en esa parte del globo comenzó el retorno presencial a las oficinas, como consecuencia de la apertura gradual de las restricciones impuestas por la pandemia.
Las cifras dan cuenta de este fenómeno. De acuerdo a datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Washington (U.S. Bureau of Labor Statistics), en octubre de 2021, casi 4,2 millones de personas dejaron sus trabajos, continuando con la tendencia de los meses de agosto y septiembre, en los cuales se reportaron 4,3 y 4,4 abandonos de puestos de trabajo, respectivamente.
La Gran Renuncia se manifiesta con mayor fuerza en aquellas actividades que vieron incrementada su carga horaria como consecuencia de la situación sanitaria (el área de la salud o servicios alimentarios), así como también en el rubro tecnológico y en las posiciones que requieren presencialidad completa o mayoritaria, como por ejemplo el comercio, la gastronomía, la hotelería y la recreación.
En líneas generales, los protagonistas de las dimisiones son profesionales jóvenes altamente calificados, quienes buscan posiciones que les permitan compatibilizar su vida personal y profesional y les aporten mayor flexibilidad en los esquemas de trabajo.
Factores que llevan a la renuncia masiva
Como sucede con la mayor parte de los fenómenos sociales, los motivos que llevan a la Gran Renuncia son diversos.
De acuerdo a un informe realizado por el Achievers Workforce Institute (AWI), las principales razones que llevaron a renunciar o cambiar de puesto durante el 2021 fueron las siguientes:
· Búsqueda de una mejor compensación y mejores beneficios
· Necesidad de una posición que permite mejorar el balance entre el trabajo y la vida privada
· Falta de reconocimiento
· Búsqueda de empleadores con una mejor cultura corporativa
· Falta de alineación con los valores corporativos
Las razones que llevan a la Gran Renuncia se relacionan con una suerte de epifanía propiciada como respuesta a la situación sanitaria, en la cual los colaboradores descubrieron que existe una forma de trabajar que no implica presencialidad completa, desplazamientos geográficos y renuncia a momentos familiares.
El énfasis está ahora en la búsqueda de la calidad de vida y el work-life balance. Se trata de concebir la realización profesional con una mirada diferente que no implique renunciar a la existencia personal y familiar.
La automatización, una herramienta clave para revertir este fenómeno
Lejos de promover la destrucción de las fuentes de trabajo, la implementación de iniciativas de automatización implica un cambio en el paradigma laboral y puede ser una herramienta que aporte valor y frene la tendencia de renuncias masivas.
Por un lado, la puesta en marcha de tecnologías de automatización robótica de procesos ayuda a disminuir el agotamiento de los colaboradores, dado que los robots pueden imitar y ejecutar las tareas repetitivas que antes llevaban a cabo las personas, aliviando la carga laboral.
Por otro lado, si ya no tienen que desempeñar funciones tediosas, los empleados pueden concentrarse en labores más gratificantes a nivel laboral. La liberación del talento humano de la ejecución a repetición potencia la creatividad individual y colectiva, a la vez que le da una bocanada de aire fresco al personal, motivándolo a emprender nuevos desafíos.
En este sentido, la llegada de las tecnologías de RPA agiliza los procesos y transforma las posiciones, haciendo que muchas de ellas no requieren presencialidad completa o, al menos, puedan funcionar en un esquema híbrido de trabajo.
Asimismo, dado que la automatización aumenta la productividad y potencia la rentabilidad de las organizaciones, deja márgenes más amplios para que los responsables puedan invertir en la capacitación y en el bienestar de sus empleados, lo que impacta positivamente en su concepción de la cultura corporativa.
Junto con la implementación de esquemas de trabajo flexibles y la puesta en valor de las necesidades de los colaboradores, la transformación de las tareas con tecnologías de RPA es una de las estrategias más efectivas para frenar el fenómeno de la Gran Renuncia o, al menos, disminuir sus efectos.